El Espacio Knowmad Huelva 2018 ha sido algo muy potente, para los que participamos en mayor o menor medida y para l@s que asistieron, hoy quiero compartir algunas ideas que no olvidaré después de estos días.

 

En mi época adolescente mi amigo Isaac era Dj y yo era su “manager”… esto no era más que llevarlo en mi coche a los garitos en los que pinchaba… gratis.

El Porri (como le llamábamos) siempre se ponía muy nervioso pensando que no iba a ir nadie al local y yo, que tenía que hacer mi papel de calmar a mi representado, le explicaba que había dos cosas que debían tranquilizarlo:

Primero, que la música que ponía era buena y a mucha gente de la movida valverdeña (así nos llamamos los elegidos que tuvimos la suerte de nacer en Valverde del Camino) nos encantaba escucharla, bailarla (intenta borrarme rápidamente de tu imaginación bailando por favor) y, bueno, hacer todas estas cosas que, al menos los jóvenes de mi generación, hacíamos en los años 90.

Segundo, que era un tío cojonudo, amigo de sus amigos y que su poder de convocatoria estaba muy por encima de la música que pinchara o de las mezclas que hiciera.

Al final los garitos estaban llenos, teníamos ganas de marcha, y la música era la que necesitábamos para que la alegría y la juventud fluyeran. Siempre acabábamos ordenando vinilos mientras, ya con las luces encendidas, recogían vasos y sillas.

Isaac (el Porri) era un líder silencioso… lo sigue siendo pero ahora lo veo poco… es biólogo y vive en Almería… te echo de menos amigo.

Os cuento esto porque estos días “El patrón de la Marca Personal” ha dado un recital de liderazgo silencioso. No recuerdo otra cosa igual desde mi colega Isaac.

Un líder silencioso es capaz de conseguir que le escuchen cuando propone algo que probablemente no había sido propuesto antes.

Un líder silencioso es capaz de conseguir el respaldo institucional que un evento de esta magnitud necesita.

Un líder silencioso es capaz de convertirse en el nexo de unión entre varias entidades públicas, es capaz de ponerlas de acuerdo y es capaz de crear sinergias entre ellas. No sabéis lo extremadamente difícil que es esto, igual hasta se han dado cuenta que ese es el camino.

Un líder silencioso es capaz de planear algo grande, tener claro que va a ser grande, y trabajar para conseguirlo con la humildad del que quiere que algo sea grande y potente.

Un líder silencioso es capaz de implicar a muchas personas, es capaz de darles su sitio y es capaz de que se sientan tremendamente orgullosos del lugar que ocupan.

Un líder silencioso es capaz de tenerlo todo en su cabeza e ir moviendo las piezas suministrando a cada uno/a la información que necesita… ni más ni menos. Al final todos lo saben todo pero no todos lo han sabido todo durante el camino.

Un líder silencioso es capaz de entender que su momento es ahora, que el momento de hacer algo grande y poner en valor su contexto profesional y personal es ahora.

Un líder silencioso tiene la capacidad de convocar porque sabes que lo que haga va a ser como es él, brillante y currado, y porque si lo hace él te apetece estar, sin más.

Un líder silencioso es capaz de inspirarte, invitarte a la acción, a superarte, a vencer tus miedos y es capaz de hacerlo sin decir una palabra, al menos directamente.

Un líder silencioso es capaz de organizarlo todo y poner el broche con una intervención genial, brillante, personal, humilde y útil.

Un líder silencioso gestiona, coordina y dirige proyectos tal y como es él, sin ponerse ningún traje con capa.

Un líder silencioso es capaz de hacer que en el momento que acabe ya tengas ganas de que vuelva a ocurrir.

Un líder silencioso es capaz de hacerte ver que la vocación es el único camino para disfrutar con tu trabajo y que la pasión por lo que haces es lo único que te ayudará a disfrutar haciéndolo.

Un líder silencioso es capaz de convertir un evento de 5 horas en una sensación que perdurará en el tiempo.

Estas líneas van dedicadas para esos y esas líderes silencios@s, en especial, a mis líderes silenciosos, Isaac y David.

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