Como orientador laboral me han preguntado muchas veces: “¿qué puedo estudiar?” con la recurrente coletilla de: “¡pero algo de lo que encuentre trabajo seguro eh!”.
Es uno de los aspectos que pueden abordarse en un proceso de orientación y se engloba bajo el término orientación vocacional.
En wikipedia se define como:
“Un proceso que tiene la finalidad de despertar intereses, y adaptar dichos intereses a la competencia laboral y a las necesidades del mercado de trabajo.”
Aunque estas actuaciones son muy recurrentes con personas jóvenes, en los últimos años, hay muchas personas que han sido expulsadas del mercado y se han replanteado su perfil y, estas intervenciones, también tienen algo (o mucho) de orientación vocacional.
Es un tema muy complejo, en el que no hay verdades absolutas (como en casi nada) y que tiene como premisa inicial que la decisión siempre corresponde a la persona protagonista del proceso, nunca al profesional de la orientación.
Nuestra labor debe centrarse en ayudar y acompañar en la identificación de esos intereses, de cómo se vinculan con competencias concretas que (potencialmente) tenemos y cómo encajar todo eso en el mercado de trabajo.
El caso es que desde que soy padre “me tiemblan las patillas” con este tema y me asaltan las dudas:
- ¿Qué voy a a hacer cuando tenga que hablar de esto con #SuperPepe o con Luisito?
- ¿Podré hacer algo para que, llegado el momento, tengan parte del camino allanado?
- ¿Me mandarán al carajo y escucharán a cualquiera antes que a mí?
En fin… cosas de padre cebolleta.
Como sabéis, me va bien esto de escribir para aclarar mis ideas, así que allá voy.
Tengo que empezar por las cosas de las que tengo certezas.
Intento abstraerme de la vinculación personal que me evoca todo esto.
Lo primero que tengo claro es que no quiero a personas con trabajo pero sin pasión, por lo que en la Enripedia la definición de orientación vocacional quedaría así:
“Proceso que tiene la finalidad de despertar intereses y pasiones, adaptarlos a la competencia laboral y a las necesidades del mercado de trabajo. Ayudando a descubrir y comenzar un proyecto profesional”.
Otro aspecto que tengo claro es que el mercado laboral, el entorno en el que nos movemos profesionalmente, se caracteriza por ser volátil, incierto, complejo y ambiguo.
Estos entornos se denominan entornos VUCA, acrónimo en inglés de estas características.
Es verdad que no es la primera vez que nos encontramos en este tipo de entorno… ni mucho menos… ¿os imagináis qué entorno existía en Europa cuando acabó la I y II Guerra Mundial? ¿O en España cuando finalizó la Dictadura?
Lo que de verdad diferencia este entorno de otros que han existido con anterioridad es la rapidez con la que se producen cambios debido a la transformación digital… ese sí es un elemento diferenciador.
Con esta información en mi poder: ¿Cómo intervenir en un proceso de orientación vocacional si sabemos que muchas de las profesiones que se desarrollarán dentro de diez – quince años aún no existen?
Orientación VUCAcional
En mi opinión la clave está en afrontar el proceso como una Orientación VUCAcional (me encanta inventarme palabrejas).
Y… ¿Qué es esto?
En Orientación VUCAcional, no hablamos de profesiones concretas, no podemos saber con certeza qué profesiones son las que ocuparán el futuro y hacer predicciones es peligroso.
Lo que sí podemos trabajar con las personas son las competencias que permitan afrontar, con las máximas garantías posibles, los entornos VUCA.
En todo esto la anticipación tiene un peso muy importante
Una de las cosas chulas de las competencias es que se pueden trabajar, entrenar y elevar sus niveles de desarrollo.
Os voy a proponer un ramillete de competencias, algo así como un Foro Davos desde mi perspectiva, que nos permitirán movernos con suficiencia en cualquier entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo… entornos VUCA:
- Tomar decisiones con rapidez. Saber tomarlas ya no es suficiente porque si tardamos demasiado la situación ha podido cambiar de nuevo por lo que es importante hacerlo rápido.
- Ser eficiente en la gestión del riesgo. Nuestra capacidad para gestionar el riesgo será un elemento diferenciador.
- Proactividad, ser capaz de anticiparse a los cambios y estar preparado cuando se produzcan. Competencia clave por lo transversal del concepto que engloba.
- Ser capaz de interpretar la evolución del Mercado. Esto nos permitirá anticiparnos y ser los primeros en estar adaptados a las nuevas situaciones.
- Valentía. Tomar decisiones sin tener todos los datos y optar por estrategias que otros no se atrevan a contemplar. En este punto es importante no confundir valentía con temeridad.
- Adaptabilidad y Flexibilidad, tanto con las circunstancias del entorno como con las exigencias del mercado e incluso con cómo se formalicen las relaciones laborales.
- Innovación. Está claro que quienes nos gobiernan no apoyan este punto todo lo que deberían, pero podemos empezar por nosotros mismos, por intentar hacer las cosas como nunca antes se han hecho, esto seguro que ayuda.
- Capacidad para convertir conflictos y posibles errores en fuentes de aprendizaje, lo que mi abuela llamaba humildad.
- Flexibilidad Cognitiva, es la capacidad para ir ajustando la forma de pensar a las nuevas situaciones que se vayan presentando (señala esta en rojo porque es importante). José Miguel Bolivar te lo cuenta mucho mejor que yo en su blog.
- Efectividad. Esto es ser capaces de reducir lo máximo posible el tiempo que transcurre desde la planificación a la ejecución.
- Tener Autonomía. Ser capaces de liderar nuestras propias parcelas de trabajo y en ocasiones ponernos al frente de algún proyecto (sabiendo que pasado un tiempo podemos volver a participar en un proyecto sin liderarlo).
- (Auto)gestión por feedback, ser capaces de reconducir situaciones en función del feedback recibido. (Otro de José Miguel Bolivar).
- Creatividad. Es una fuerza viva y cambiante del ser humano, si ha sido la base del progreso imaginaros la importancia que tiene y tendrá en este momento tan pronunciado de desarrollo.
- Ser social. En un mundo en el que todo gira hacia lo individual nuestra capacidad para encajar todo esto con la sociedad que nos rodea puede marcar la diferencia.
- Pensamiento crítico. Tenemos que cuestionarlo todo (con respeto y educación) y enseñarle a las nuevas generaciones a que se lo cuestionen todo (con respeto y educación). De otro modo, cualquier avance será fruto de unos cuantos y no de tod@s.
- Inteligencia emocional, saber gestionar nuestras emociones e interpretar las emociones de quienes nos rodean.
- Sentido común. Es el gran olvidado y puede ayudarte en multitud de ocasiones y, por cierto, también puede entrenarse.
- Identidad propia, ser capaces de gestionar nuestro propio proyecto profesional, diferenciarnos y tener un estilo propio. Nuestra supervivencia en el mercado dependerá, en gran parte, de ello.
Las profesiones estarán ligadas a los intereses y pasiones de cada persona y a las demandas del mercado en cada momento. Tener unos niveles de desarrollo adecuados en estas competencias nos permitirá adaptarnos e incluso anticiparnos y aumentar nuestras posibilidades de supervivencia en esta selva en la que se ha convertido el mercado de trabajo.
En Orientación VUCAcional, no utilizamos una bola de cristal, no decidimos por nadie, ayudamos a que intereses y pasiones conecten con el mercado, identificamos los niveles de desarrollo en cada una de las competencias y ayudamos a aumentarlos. Preparamos a personas versátiles con capacidad para moverse en entornos VUCA.
Por cierto… ¿dejamos de pensar en los que vendrán y nos aplicamos el cuento a nosotros mismos?
Después de esto me imagino a #SuperPepe con 16 años, cara de poker y preguntándome:
“Entonces qué… ¿estudio Derecho o Empresariales?”
Gracias por tu inmensa generosidad Enrique, resulta inspiradora para mí, que estoy iniciando mi propio camino en la orientación de personas.
Gracias de corazón
Gracias a ti por pasarte y comentar, ánimo en esa nueva andadura, no es fácil pero es muy reconfortante, un saludo.
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