Esta última semana he estado impartiendo unos talleres en la Universidad de Sevilla sobre “Recursos y estrategias para la búsqueda de empleo”. Ha sido una experiencia genial porque la gran mayoría de las personas asistentes eran personas jóvenes, con poca idea sobre cómo buscar empleo, pero también sin vicios adquiridos y eso los hace escuchar con mucho interés, están dispuestos a escuchar lo que tienes que decirles (al menos hasta que detecten que lo que les estás contando no se lo creen)… una gozada y un gran reto. 

 

Les hablé de todo lo que pude en tres horas (muchas cosas y todas por encima) pero quise centrarme en lo que a mí me hubiera gustado saber cuando estaba en ese punto de mi vida para que la búsqueda de empleo no se convirtiera en La Historia Interminable.

Hay dos aspectos fundamentales que son importantes antes de tan siquiera ponerse a hacer un curriculum. 

 

En este post quiero compartirlas con cualquier persona que pueda leerlas, porque después de más de 10 años como orientador laboral, como formador, pero, sobre todo, como buscador de empleo y oportunidades creo que pueden ser determinantes en el éxito o el fracaso de cualquier estrategia para buscar empleo o clientes.

 

Estos errores primero los cometí yo (también como orientador así que aprovecho para pedir perdón desde aquí a todas esas personas que acompañé y a las que esto que os voy a contar no se lo dejé totalmente claro… no volverá a pasar) después me los he ido encontrando en muchas de las personas que he acompañado (a estas si se los he dicho por activa y por pasiva… y algunas me han tomado por loco).  

 

La Propuesta Profesional 

Muchas personas no tienen claro cuál es su propuesta profesional. No se han parado a establecer cuál es su propuesta de valor. Esto es un problema grave porque es muy importante saber transmitir qué es lo que sabes hacer. No te contratan por lo que eres, te contratan por lo que sabes hacer por cómo eso que sabes hacer es de valor para quien puede pagarte por ello. 

Algunas preguntas que nos pueden ayudar a establecer nuestra propuesta profesional son: 

  • ¿Qué problemas resuelves? 
  • ¿Qué beneficios aportaría contratarte?  
  • ¿Qué soluciones propones a tus posibles empresas o clientes? 
  • Si te contrato ¿qué podrías mejorar en mi empresa o en mi negocio? 

 

Para comunicar eficazmente debes ponerte en el lugar de quien va a recibir el mensaje.

Seguro que tienes algún amigo o amiga de esos que sólo hablan de sí mismos… lo que les interesa, lo que les gustaría, lo que necesitan… ¿os suena? Pues imaginaros que tuvierais que pagarles una nómina. Pa´haberse matao. 

Un gran número de personas centran su estrategia en hablar de ellos mismos. Me explico: en las herramientas de búsqueda de empleo… ya sea el CV, la carta de presentación, respuesta a ofertas, LinkedIn o mucho peor… en las entrevistas!!! se dedican a contar las cosas que quieren, las cosas que necesitan, las cosas que les gustaría… y claro! se olvidan de contar qué es lo que saben hacer y aportaría valor a empresas o clientes.

 

Seguro que os suena la típica frase: 

“Busco una empresa en la que poner en práctica mis conocimientos y desarrollar mis capacidades, una empresa que me permita crecer profesionalmente” 

Yo, yo y yo. 

Esta discrepancia de enfoques entre la persona que busca empleo (emisora) y las empresas o clientes que podrían contratarlas (receptoras) generan un problema de comunicación… emiten en diferente canal… el mensaje suena insípido, impersonal y poco útil.

 

Os voy a poner otro ejemplo:
Ramón necesita contratar a una persona o a una empresa que le ayude con la declaración de la renta, el año pasado vendió su casa y compró una nueva. Esto y algunos ingresos extra hacen que prefiera contratar a un profesional para no tener problemas con Hacienda. 

Juan y Ana son dos profesionales que tienen prácticamente la misma experiencia y los mismos conocimientos. Sus propuestas profesionales son completamente distintas: 

  • Juan: “Busco clientes con los que poder desarrollar y poner en práctica mis conocimientos de fiscalidad y contabilidad, 10 años de experiencia me avalan”. 
  • Ana: “Si me contratas a mí pagarás 0€ por el impuesto de plusvalía pues has utilizado el dinero de la venta de tu primera casa en la compra de tu segunda casa”. 

La decisión de contratar a Ana estaría clara, no habría dudas. Juan probablemente sabe hacer lo mismo que Ana, podría ahorrarle a Ramón el impuesto de plusvalía, pero en su propuesta profesional no ha pensado en el cliente, ha montado su propuesta pensado en sí mismo y no en lo que puede hacer por su cliente con lo que sabe hacer. El resultado es que, en esta ocasión, el cliente se lo ha llevado Ana.

 

Ponerse a ello, aunque duela. 

Esto es como hacer abdominales, parece fácil pero no lo es y, si no duele, es que no lo estás haciendo bien. 

Para que una estrategia de búsqueda de empleo y oportunidades tenga más posibilidades de éxito tenemos que cimentarla, sobre todo, en dos aspectos: 

 

  1. Antes de dar cualquier paso, tenemos que concretar nuestra propuesta profesional y que esta incluya, sobre todo, lo que sabemos hacer y cómo eso ayuda a las empresas o clientes que puedan necesitar nuestros servicios. En este punto es importante que le pongamos nombre y apellidos a nuestro objetivo profesional, de este modo, nos resultará más fácil establecer una propuesta profesional que de verdad aporte valor. 
  2. Es importante que dejemos de pensar en nosotros mismos y empecemos a pensar en los problemas y las necesidades de quiénes puedan pagarnos por nuestros servicios. 

 

Algo tan sutil pero complicado a la vez puede hacer que marques la diferencia. Te lo digo porque después de varios años atendiendo a personas individual y grupalmente, impartiendo formaciones y dando alguna que otra charla puedo decirte sin miedo a equivocarme que la gran mayoría de las personas no tienen articulada su estrategia teniendo en cuenta estos dos aspectos. 

 

Desde aquí ya os digo que para mí el curriculum, la carta de presentación, las redes sociales y profesionales (sobre todo LinkedIn, SOBRE TODO LINKEDIN) oficialmente han dejado de ser herramientas de búsqueda de empleo y han pasado a ser herramientas de comunicación de la propuesta profesional. 

 

Es momento de pasar a la ACCIÓN y, con una actitud proactiva, conocer(te) a las empresas o a los clientes con los que quieres trabajar… sus problemas, sus necesidades, sus objetivos, sus valores, qué les impulsa y qué les mueve… investiga qué personas están detrás de esas empresas, de esos departamentos de RR.HH. (personas, siempre PERSONAS) y obtén la mayor información posible con la que poder articular una propuesta profesional alineada y útil, sobre todo útil, para no convertirte en El Hombre de Piedra de La Historia Interminable.

 

Cada apartado de este post mercería uno o varios posts para desarrollar cada idea: autoconocimiento, feedback, objetivo alcanzable, realista y medible y un sinfín de conceptos más, pero me parecía importante plasmar la idea general en un solo post porque creo que el mensaje es importante, es necesario y porque, qué carajo, me apetecía contároslo. También es importante decir que hay algo que viene todavía antes que todo esto y es que el nivel de empleabilidad debe ser el adecuado para poder empezar la búsqueda, si no estás preparado, primero, hay que prepararse.

 

El martes 23octubre estaré en Cádiz en el Espacio Knowmad organizado por la Fundación Cajasol, el #EKCadiz18, escuchando y aprendiendo en directo de los que más saben y mejor comunican estos conceptos y otros muchos: Elena Arnaiz, Guillem Recolons, Eva Collado, Andrés Pérez Ortega y David Barreda.

Os dejo aquí la info de última hora: http://www.procesosyaprendizaje.es/ekcadiz18-informacion/

 

¿Has visto el último vídeo que hemos grabado en talentTÚ, el canal de Youtube de Meme Romero?

“Cómo sacarle partido a LinkedIn”:

Puedes compartir en