A menudo subestimamos el poder que tiene conocernos.

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A menudo subestimamos el poder que tiene acompañar a otras personas en su proceso de re-conocimiento.

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Conocernos nos permite identificar nuestros propios procesos mentales y esto ayuda a reconocer cuando estamos equivocados o el porqué otras personas no nos entienden.

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Conocernos es sinónimo de crecimiento, es un arma que calma nuestro ego y combate esa sensación de incomprensión que puede inundarnos a veces.

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El descubrimiento personal potencia nuestra inteligencia emocional, la entrena, la hace más fuerte y nos prepara para afrontar situaciones como pueden ser la búsqueda de oportunidades profesionales o el rearme necesario después de perder nuestro empleo o tener que cerrar el negocio.

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En orientación laboral hay ocasiones en las que no le prestamos la atención que merece al trabajo de esta fase inicial del proceso, ya sea por la maldita inmediatez que todo lo acelera o por la verdadera dificultad que entraña saber trabajar esto con las personas que acompañamos.

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Quizás, hasta a los propios profesionales nos haga falta trabajar con nosotros mismos (o con otros profesionales) para poder hacer mejor nuestro trabajo.

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